CONCEPTO Y CARACTERÍSTICAS DE LA PSICOLOGÍA DE LAS MASAS



En su acepción corriente, el vocablo masa, en el sentido de muchedumbre, representa un conjunto de individuos de cualquier clase, sean cuales fueren su nacionalidad, profesión o sexo, e independientemente de los motivos que los reúnen.

Desde el punto de vista psicológico, la expresión masa asume una significación completamente distinta. En determinadas circunstancias, y tan sólo en ellas, una aglomeración de seres humanos posee características nuevas y muy diferentes de las de cada uno de los individuos que la componen. La personalidad consciente se esfuma, los sentimientos y las ideas de todas las unidades se orientan en una misma dirección. Se forma un alma colectiva, indudablemente transitoria, pero que presenta características muy definidas. La colectividad se convierte entonces en aquello que, a falta de otra expresión mejor, designaré como masa organizada o, si se prefiere, masa psicológica. Forma un solo ser y está sometida a la ley de la unidad mental de las masas.

El hecho más llamativo que presenta una masa psicológica es el siguiente: sean cuales fueren los individuos que la componen, por similares o distintos que puedan ser su género de vida, ocupaciones, carácter o inteligencia, el simple hecho de que se hayan transformado en masa les dota de una especie de alma colectiva. Esta alma les hace sentir, pensar y actuar de un modo completamente distinto de como lo haría cada uno de ellos por separado. Determinadas ideas, ciertos sentimientos no surgen o no se transforman en actos más que en los individuos que forman una masa. La masa psicológica es un ser provisional, compuesto por elementos heterogéneos, soldados de forma momentánea, de un modo absolutamente igual a como las células de un cuerpo vivo forman, por su reunión, un ser.



CARACTERÍSTICAS DE LAS MASAS

Se va a abordar ahora, sucesivamente, las diversas características fáciles de observar en la mayoría de las masas.

1. Impulsividad, movilidad e irritabilidad de las masas

Ya se ha dicho al estudiar las características fundamentales de la masa que ésta es conducida casi exclusivamente por el inconsciente. Sus actos están mucho más influidos por la médula espinal que por el cerebro. Las acciones realizadas pueden ser perfectas en cuanto a su ejecución, pero al no estar dirigidas por el cerebro, el individuo actúa según los azares de la excitación. La masa, juguete de todos los estímulos exteriores, refleja las incesantes variaciones de los mismos. Es, por tanto, esclava de los impulsos recibidos. El individuo aislado puede hallarse sometido a las mismas excitaciones que el hombre-masa; pero cuando su razón le muestra los inconvenientes de someterse a las mismas, no cede. Desde el punto de vista fisiológico, puede definirse este fenómeno diciendo que el individuo aislado posee la aptitud de dominar sus reflejos, mientras no ocurre así en la masa.

2. Sugestibilidad y credulidad de las masas

Por neutra que se la suponga, la masa se encuentra generalmente en un estado de atención expectante favorable a la sugestión. La primera sugestión formulada se impone inmediatamente, por contagio, a todos los cerebros y establece en seguida la orientación. En los seres sugestionados, la idea fija tiende a transformarse en acto. Ya se trate de incendiar un palacio o de realizar un sacrificio, la masa se entrega a ello con idéntica facilidad. Todo dependerá de la naturaleza del excitante y no, como en el individuo aislado, de las relaciones existentes entre el acto sugerido y las razones que pueden oponerse a su realización.

3. Exageración y simplismo de los sentimientos de las masas

Los sentimientos buenos o malos, manifestados por una masa, presentan la doble característica de ser muy simples y muy exagerados. En este aspecto, así como en tantos otros, el individuo-masa se aproxima a los seres primitivos. Inaccesible a los matices, ve las cosas en bloque y no conoce transiciones. En la masa, la exageración de un sentimiento está fortalecida por el hecho de que, al propagarse muy rápidamente por sugestión y contagio, la aprobación de la que es objeto acrecienta su fuerza de modo considerable.

4. Intolerancia, autoritarismo y conservadurismo de las masas

Al no conocer las masas sino sentimientos simples y extremos, las opiniones, ideas y creencias que se las sugiere son aceptadas o rechazadas en bloque, siendo consideradas como verdades absolutas o errores no menos absolutos. Siempre sucede así con las creencias determinadas mediante sugestión, en lugar de haber sido engendradas por razonamiento. Sabido es cuan intolerantes son las creencias religiosas y qué despótico es el imperio que ejercen sobre las almas.

5. Moralidad de las masas

Si adjudicamos a la palabra moralidad el sentido de respeto constante de ciertas convenciones sociales y de represión permanente de los impulsos egoístas, resulta evidente que las masas son demasiado impulsivas y móviles como para ser capaces de moralidad. Pero si incluimos dentro de dicho término la aparición momentánea de determinadas cualidades, como la abnegación, el desinterés, el sacrificio de sí mismo, la necesidad de equidad, podemos afirmar que, por el contrario, las masas son a veces capaces de mostrar una moralidad muy elevada.


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